Terminando un viaje, está el día en que revives momentos, conversaciones, experiencias por medio de fotos, notas o algún otro recuerdo. Cada vez que subimos una foto a Instagram (síguenos 😉), nos entusiasma la idea de compartir algo de Seychelles. Es una especie de lugar mental al que siempre regresamos y, aunque estuvimos cerca de 2 semanas en el archipiélago, nuestro paso por la isla de La Digue fue muy corto. Pasamos 3 noches (los precios nos complicaban un poco la estadía) pero al igual que otras islas que nos han marcado, es un escape de lo habitual. Un pequeño paraíso, por cliché que suene. Alejado del turismo masivo, este lugar alberga una de las playas catalogada como de las mejores del mundo, según múltiples guías.
La Digue es la tercera isla más habitada del archipiélago de Seychelles y tiene una población de alrededor de 2.000 habitantes. Mide unos 10km2, lo que la convierte en la cuarta isla más grande del país, aún así sigue siendo muy pequeña.
Viajando a La Digue (o cómo llegar a La Digue).
Partimos temprano al puerto de Praslin para cruzar hacia La Digue en barco. La isla no tiene aeropuerto, por lo que el modo de cruzar es por mar. Compramos temprano los pasajes por medio de Cat Cocos (había otra compañía que hacía el cruce: Inter Island Ferry que era un poco más costosa). En este link puedes revisar las alternativas y precios que hay de Island Hoping entre las distintas islas de Seychelles. El viaje tarda poco menos de 15 minutos y llegamos temprano. Al llegar nos recibieron algunas personas en bicicleta ofreciendo llevarnos hasta el alojamiento que habíamos reservado. Si bien teníamos marcada la ubicación en nuestro mapa, nos decían insistentemente que nos íbamos a perder, algo que nos parecía muy extraño dado que el pueblo es muy pequeño. Nos convencieron, por lo que partió un señor en bicicleta llevando la maleta de mano haciendo malabares mientras pedaleaba camino a la casa. El trayecto no fue corto, tampoco largo, caminamos algo así como 1,5 kms. con nuestras mochilas y llegamos a la casa. Efectivamente, sin el ciclista nos hubiésemos perdido ya que el mapa no nos funcionaba muy bien, tanto en esa zona de la isla como en otras. Dependiendo la ubicación de tu alojamiento, consideraría preguntar al momento de reservar si te pueden recoger o que te den indicaciones de cómo llegar.
Escasez de autos, exceso de bicicletas.
Nuestro alojamiento, un acogedor segundo piso de una casa, quedaba cerca del centro. Aunque decir esto tal vez sea redundante. En La Digue, todo pareciera quedar cerca del centro. En la isla casi no hay autos, aunque de vez en cuando ves pasar alguno. La movilización se hace principalmente en bicicleta, por lo que si llegas a ir, asegúrate de reservar unas con tu alojamiento o averiguar precios. Nosotros lo vimos por medio del alojamiento, asi que cuando llegamos ya teníamos un par de bicicletas esperando. Es entretenido pasear por la isla y ver montones de bicicletas estacionadas por todos lados. Es posible recorrer la isla en bicicleta por el día. Muchos vienen a pasar una noche y recorrer la isla, aunque en nuestra experiencia eso no basta para disfrutar este lugar. Nosotros estuvimos 3 días y se nos hizo corto. Si bien la isla no tiene mucho más que ofrecer que sus increíbles playas, recorrer en medio de tortugas gigantes (ya llegaremos a eso) y puestos de jugo, lo hacen muy acogedor y romántico. Tanto como sus atardeceres.
Vida de playa, entre tortugas gigantes.
La isla se sustenta principalmente por el turismo. Antiguamente el ingreso se debía a la vainilla y a la copra (la pulpa seca del coco), pero esto cambio varios años atrás cuando el turismo pasó a ser el principal ingreso. Y es que sus playas son un imperdible de cualquier viaje a Seychelles. Empezar a enumerar las distintas playas de la isla y sus virtudes empieza a redundar en la misma historia. Nosotros recomendaríamos darse el tiempo de recorrer la isla e ir haciendo paradas en las distintas playas, aunque sin duda es imperdible visitar Anse Source d’Argent, Grand y Petit Anse y Anse Cocos.
Anse Source d’Argent.
Elegida en innumerables guías de viaje como una de las más bonitas del mundo, no podíamos dejar de ir. Sus impresionantes bloques de granito que parecen esculturas gigantes decoran un paisaje que de por sí sólo impresiona. Los distintos tonos del agua, la blanca arena y una selva tropical lo vuelven un lugar único. Y aunque hay otras playas de similares características, efectivamente esta playa es única.
Para visitar la playa hay que pagar una entrada, que no es para nada barata, por lo que cuando vayas planifica pasar varias horas acá ya que en el recinto hay más actividades que la playa. De lo más interesante sin duda es visitar las tortugas gigantes de Aldabra. Puedes alimentarlas y acariciarlas. Son bastante cariñosas por así decirlo. Hay una plantación de vainilla, que si tienes suerte podrías ver en flor (aunque poco probable) y ofrecen actividades guiadas que nosotros no hicimos.
Existe un modo de acceder a la playa de manera gratuita. Puedes encontrar el paso en distintas guías y mapas. Para eso debes caminar directamente por la playa cuando la marea está baja y seguir el trayecto hasta la playa. Nosotros no lo hicimos porque la marea no nos acompañó mientras estuvimos ahí.
Tortugas de Aldabra en La Digue
En la isla es posible encontrar tortugas gigantes de Aldabra dando vueltas en distintas partes. Las tortugas de Aldabra son las segundas más grandes del mundo después de las tortugas gigantes de Galápagos. Llevan este nombre por el atolón de Aldabra, donde habitan originalmente. Este atolón, protegido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, es muy difícil de acceder. Es el punto mas lejano del archipiélago y todos los viajes deben ser aprobados por la Fundación de las Islas Seychelles con números limitados. Pero como les contamos, en La Digue (principalmente en la finca de La Unión, que es donde se encuentra la playa Anse Source D’Argent 😉) también hay de estas tortugas que fueron introducidas tiempo atrás. De todos modos es posible verlas en otras islas del archipiélago como Cousin y Curieuse (esta última merece una visita sin duda).
Al movernos bastante en bicicleta, probamos un par de veces los take away, que son restaurantes que hacen comida para llevar (como lo dice su nombre en inglés). Lo que estaba bueno de esto, es que puedes comprar algún almuerzo llevarlo en tu bicicleta y disfrutar de tu plato desde la playa (recuerda también llevarte tu basura y mejor aún si pruebas con reutilizables). Para nuestra sorpresa, la comida resultó ser mucho más rica de lo que esperábamos y ciertamente más económica que varias alternativas.
Finalmente dejamos un mapa de los lugares que visitamos con algunas descripciones que pueden servir de ayuda al momento de ir » Google Maps | Maps.me
Si visitaste La Digue y nos faltó algo, te agradeceríamos nos escribas en los comentarios para poder complementarlo. Así también tenemos más material para un próximo viaje.
Si no has ido a La Digue te recomendamos visitarlo. Nosotros sentimos que nuestros días se hicieron nada y nos encantaría regresar. Si tienes dudas, escríbenos en los comentarios que te ayudamos.
A.
Fecha de nuestra visita: 16 al 19 de Noviembre, 2018.